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Clasificado “R”: Entendiendo los Pasajes difíciles del Viejo Testament

Clasificado “R”: Entendiendo los Pasajes difíciles del Viejo Testament

Editor's Note: The following article, “R-Rated: Preaching Those Unsafe OT Texts,” has been generously translated from English into Spanish by Rick Lipsett. Even if the translation does not directly impact you, we invite you to share this with any pastors, churches, or other ministries who might benefit from reading these words in Spanish.

La Biblia no es un libro limpiecito y seguro. No tenemos que buscar demasiado en sus páginas sin toparnos con batallas sangrientas, horrendas violaciones por gangas, ciudades destruidas por fuego, y casi toda la humanidad ahogada en una inundación – y eso es sólo el comienzo de Génesis. Los críticos del Cristianismo muy a menudo tildan al Dios del Antiguo Testamento como un maniaco genocida, que abusa de su esposa, esclavista y tirano opresor de quien alguien nos debe salvar. No es extraño escuchar personas incluso dentro de las iglesias que acorralan a Jesús contra el Dios presentado en el Antiguo Testamento.

Así que, ¿cómo trabajamos honestamente con estos pasajes? ¿Es el Dios del Antiguo Testamento malo?

Cuando predicamos a través de las Escrituras y nos tropezamos con estas páginas rociadas con sangre, ¿cuál es nuestro acercamiento hacia el sexo y la violencia flagrante, la codicia y las ansias de poder, las extrañas leyes ceremoniales y los sacrificios que se sienten tan extraños para nosotros hoy día? ¿Cómo predicamos esos pasajes Bíblicos clasificados “R”?

Aunque estos pasajes pueden ser fuertes a primera vista, guardan un tesoro para aquellos que se aventuran a estudiarlos. La Biblia no es un libro hecho de algodón dulce; ésta presenta la cruda realidad de nuestro Mundo, los traumas y las tragedias que nos abruman en los noticieros nocturnos en la televisión. El Dios que proclama sus páginas, es salvaje e indómito, con un amor furioso e implacable que no se detendrá ante nada para traer de vuelta a casa a su creación rota.

Deseamos ofrecerte algunas observaciones de esas escenas difíciles clasificadas “R” del drama bíblico.

Cruzando el Abismo Histórico

¿Alguna vez has visto alguna de esas películas clásicas, como las películas de Alfred Hitchcock o “It’s a Wonderful Life” o cualquier serie de televisión de algún período histórico pasado como “Mad Men” o “Downtown Abbey” y te ha llamado la atención cuán diferentes eran las cosas antes? Las personas se vestían diferente, hablaban de manera diferente, y utilizaban frases al hablar que son poco familiares parta nosotros hoy día. La tecnología era muy “primitiva” comparada con la nuestra, las ciudades estaban estructuradas en maneras diferentes y únicas, y las normas sociales en el hogar o en la oficina podrían parecernos muy anticuadas o extremas. Estamos separados de esa era por el paso del tiempo.

Ahora, toma ese abismo histórico, y multiplícalo por 100. Literalmente. Estamos separados de esas escenas clasificadas “R” en las historias bíblicas por miles de años. Existe un abismo histórico, de lenguaje y cultura. Adentrarnos en esos pasajes es como si unas personas descubren y ven las películas de Alfred Hitchcock en el año 5015 en un idioma desconocido para ellos.

Entonces, ¿cómo cruzamos ese abismo histórico? ¿Cómo podemos entender estas escenas ahora, miles de años después, en un idioma que no es el nuestro? Hay varias cosas que tenemos que considerar para poder cruzar ese abismo.

Las cosas eran diferentes

Primero, cuídate de los anacronismos. Asume que muchas cosas no eran igual que hoy día. Por ejemplo, cuando Dios emite el comando al ejército de Josué que destruyera las ciudades, asociamos “ciudad” con lo que conocemos hoy que es un centro de población civil por lo que muchos asumen que Dios está mandando el asesinato indiscriminado de una población civil.

Pero en la antigüedad las cosas eran diferente. Las ciudades eran fortificaciones militares pequeñas, defendidas por soldados que protegían los civiles que vivían en los campos de alrededor. El ejército de Josué están tumbando la Gran Muralla China, no destruyendo a Beijing; están tumbando el Pentágono, no la ciudad de Nueva York. Así que una buena pregunta que nos podemos hacer cuando nos enfrentamos a un pasaje extraño como estos es: ¿Es mi entendimiento de este pasaje anacrónico?

No te olvides del contexto

Segundo, cuando intentas cruzar el abismo histórico y te tropiezas con prácticas extrañas, ayuda el preguntarse; ¿Qué propósito sirvió esta práctica en el contexto original? Muchas de las leyes ceremoniales de Israel, por ejemplo, estaban ahí para separar ese pueblo como uno distinto a los demás. Así que las regulaciones como las de circunsición y la menstruación, cuáles comidas podían comerse, qué textiles podían ser usados en la ropa y la pureza en el sistema sacrificial, apartaban a Israel del resto de las naciones y posiblemente cargaba un significado que era entendido inmediatamente dentro de un contexto del Medio Oriente de antigüedad.

Los pasajes como estos no cargaban verdades eternas que debían ser practicadas en todo y cualquier lugar (por favor pastores, ¡resistan las ganas de que su congregación sacrifiquen cabras en el altar de su iglesia!) En realidad estas leyes se circunscriben a un tiempo y lugar en particular. Podemos pastorear nuestra gente al sacar el propósito y significado de estas prácticas como mejor podamos, caminando lejos del “qué” hacia el “por qué” en la narrativa macro.

Prestemos atención

Tercero, es importante prestar atención a estas escenas clasificadas “R”. Por ejemplo, a Israel le fue dada unas órdenes drásticas en Deuteronomio como: ”no le tendrán compasión” y “los destruirán por completo.” Aunque estas direcciones parecen severas a primera vista, realmente era una retórica común en lenguaje de historia militar de guerras en el Medio Oriente antiguo. El Antiguo Testamento en sí deja claro que esta retórica no era intencionada a ser entendida con un liberalismo estricto.

Al prestar mayor atención al género, retórica y simbolismo, podemos pastorear a nuestra congregación presentando una imagen más matizada que confronta las caricaturas populares y reclama una imagen mucho más limpia y robusta de la historia de Dios.

Descripción no es Sinónimo de Aprobación

Me he dado cuenta que hay dos tipos de películas con clasificación “R”. Están las que se deleitan en presentar escenas innecesarias para relatar una buena historia (piensa en “Fifty Shades of Grey”). Mientras que otras manejan honestamente la cruda realidad que nos confrontan con las características nuestro Mundo caído (piensa en “Saving Private Ryan”). La naturaleza de los textos “R” de la Escritura es como el segundo tipo: nos confronta con la vida al este del Edén – no para tentarnos, sino que confrontarnos con la verdad de nuestro apuro, y con el Dios a quien le interesa lo suficiente como para intervenir.

Hay tres cosas que debemos tener presente cuando te tropieces con estas escenas difíciles.

Descripción vs aprobación

Primero, sólo por que la Biblia mencione algo, no significa que lo aprueba. Por ejemplo, en Jueces 19 una concubina de un Levita es violada en ganga y dejada por muerta, luego es cortada en 12 pedazos y enviados a las 12 tribus de Israel. Recuerdo que en una ocasión alguien preguntó, “¿Cómo puedo seguir a un Dios que manda a hacer cosas como esta?” Pero en ningún lugar del pasaje encontramos una directriz de Dios, un comando o que elogie o condone tal acción.

De hecho, la lógica del pasaje nos lleva en la dirección opuesta. El pasaje es situado en un contexto que describe cuán corruptos y malvados se habían convertido los Israelitas, resultando en la fragmentación de la nación. El evento se convierte en una imagen gráfica de un tema más amplio en esta porción de la Escritura. Las tribus de Israel estaban divididas y sin rey. Su política estaba fragmentada (como la mujer quien fue cortada en pedazos) en una época donde “cada uno hacía lo que le parecía correcto según su propio criterio” (Jueces 21: 25). Es una señal de la rebelión de Israel contra Dios y el estado fracturado entre si.

Aunque haya quiénes estén desconcertados que no hay una condenación explícita de este evento, la audiencia Hebrea original entendía el punto que se estaba haciendo. Si algo parece chocante y morboso para nosotros hoy, hay una buena probabilidad que también lo era para ellos. Así que cuando leemos que Lot se acostó con sus hijas o que Jefté hizo un voto precipitado que le costó la vida a su hijo, deberíamos poder asumir la postura que estas situaciones eran vistas, por su audiencia original, como eventos desafortunados y desagradables. Sólo porque algo es descrito, no significa que es permitido.

Hay críticas implícitas

Algunas veces la manera en que las cosas son descritas ofrecen una crítica implícita. Por ejemplo, la poligamia se presenta frecuentemente en el Antiguo Testamento, haciendo que algunos entiendan que la Biblia apoya esta postura. Pero, como regularmente opinan los comentaristas bíblicos, las historias que incluyen poligamia siempre presentan la devastación que la persigue. Las 12 tribus de Jacob en odio y división, y los hijos de David terminan dividiendo el reino.

La poligamia era común en la cultura antigua para aquellos pudientes que tenían el capital suficiente, así que señalando los efectos devastadores en la historia bíblica, este realmente se convierte en una crítica subversiva de la práctica antigua de la misma. Sólo porque la poligamia aparece, no significa que es recomendada. La narrativa funciona más como una advertencia que una sugerencia. Tomando nota de estas consecuencias en las historias, podemos prepararnos mejor para el momento de predicar.

Las tácticas de Dios no son las nuestras

Finalmente, muy similar a lo que vemos con la poligamia, frecuentemente vemos un “movimiento redentor” en juego en las Escrituras, donde Dios pacientemente siembra semillas de transformación cultural las cuales necesitan tiempo para que crezcan y den fruto. Por ejemplo, la esclavitud era una institución universal del mundo antiguo. Muchos hoy día preferirían, desde el punto de vista occidental del siglo 21, que Dios simplemente hubiese erradicado la esclavitud en la antigua Israel.

Pero Dios toma una táctica diferente: se identificó con los esclavizados (al liberar a Israel del yugo egipcio), luego radicalmente humanizó la esclavitud en la ley Israelita (drásticamente superando el estándar en el tratamiento del mundo antiguo hacia los esclavos). Este “movimiento redentor” puede verse al lanzar una trayectoria hacia la ideal abolición de la esclavitud, mientras que acomoda las posibilidades realistas de aquel tiempo. Dios no crea una utopía ideal de la noche a la mañana donde ya no hay esclavos (es dudoso que tal cambio hubiese ocurrido tomando en cuenta el contexto histórico antiguo). En vez, canaliza un movimiento que finalmente trajo el fin a la esclavitud.

En una manera similar, la Biblia alza el estándar del trato a la mujer, refugiados, y otras poblaciones vulnerables del mundo antiguo. Aunque muchas prácticas podrían verse arcaicas hoy día, se pueden pastorear a las personas al situarles en el contexto histórico, y señalar el “movimiento redentor” hacia los ideales del Reino de Dios.

Apuntando a Jesús

Nuestra más grande meta y propósito al enfrentar estos pasajes clasificados “R” en las Escrituras es apuntar a Jesús. Cuando las personas hacen la pregunta: “¿Cómo reconcilias a Jesús con el Dios del Antiguo Testamento?” la respuesta es:

“¡Jesús es el Dios del Antiguo Testamento!”

Muchos se imaginan a Jesus como un hombre pasivo, ultra-liberal caminando entre las flores mientras le dice a todos lo maravillosos que son – para luego compararlo con El Dios del Antiguo Testamento: a quien imaginan como un guerrero sangriento que se levantó por el lado incorrecto de la cama y está listo para destruir a quien sea que se le pare en frente.

Pero el “Dios del Antiguo Testamento” es el Padre de Jesucristo, actuando a través de su Espíritu y Palabra en la historia del pueblo de Israel. Esto significa que Jesús no es tan solo señalado desde el Antiguo Testamento, pero también revelado en la historia de Israel. Jesús es la Palabra por la cual Israel es hablado a la existencia, y en quien Dios se revela a través del Viejo Testamento.

Así que cuando nos enfrentamos a estos pasajes clasificados “R”, una de las mas grandes bendiciones que he encontrado es que tienden a darnos una imagen más robusta de quien Jesús es. Mirando a Jesús, a través del lente del Antiguo Testamento, puede reclamar un mayor sentido de autoridad, poder y confrontación a un Mundo inmerso en pecado. Y mirando al Antiguo Testamento, a través de el lente de Jesús, puede añadir una mayor seguridad sobre el poder redentivo y amoroso de Dios, Su sacrificio y benevolencia, y reconcilia la historia parta verla como un todo.

Esto significa que debemos obviar cualquier atajo barato que evite enfrentar a Jesús con los pasajes clasificados “R” del Antiguo Testamento. Por ejemplo, recientemente hay personas que dicen algo así: “Moisés era todo “ojo por ojo y diente por diente” porque el Antiguo Testamento es todo sobre violencia y venganza, pero Jesús vino a enderezarnos realmente y poner a Moisés de cabeza, revelando que el Antiguo Testamento estaba mal, Dios no quiere que busquemos retribución, sino que perdonemos.”

Pero esto es un entendimiento barato de lo que era la Ley Mosaica. El intento era restringir la violencia. No condonarla. Todos en la antigüedad sabían que la violencia tendía a escalar hasta salirse totalmente de proporción y control. Si le robabas la vaca a alguien, te envenenaban el pozo, así que le quemabas el establo, y ellos te arrancaban un ojo, por lo que tu le quitabas la vida. Entonces los Rodríguez y los Pérez entraban en una guerra familiar que duraba generación tras generación.

“Ojo por ojo” fue entendido a lo largo de la historia de la iglesia, como una manera de restringir la violencia, y Jesús no contradice esto, sino que lo profundiza aún más. Jesús lo lleva más allá hasta el corazón: exigiéndole a sus seguidores que no sólo se restringieran en la violencia, sino que ni la cometieran para empezar. Nos llama a perdonar por completo.

Jesús toma este tema de la violencia en el Antiguo Testamento y profundiza la trayectoria que Dios le impulsó varios pasos hacia adelante en vez de negar lo preestablecido. Debemos profundizar sobre la forma en que Jesús se refiere a los pasajes clasificados “R”, y evitar atajos baratos en el proceso. Hacer esto puede agrandar nuestra apreciación hacia, y el entendimiento de, ambos los pasajes de los que predicamos y al Jesús que buscamos proclamar.

Al final, esto es una invitación a sumergirse en las escenas difíciles del drama bíblico como una manera de sumergirse en la presencia de Jesús. Porque cuando lo entendemos correctamente, El es de quien la historia habla en toda su grandeza.

Joshua Ryan Butler is the pastor of local and global outreach at Imago Dei Community in Portland, OR. He is also the author of The Skeletons in God’s Closet: The Mercy of Hell, the Surprise of Judgment, the Hope of Holy War (Thomas Nelson, Oct 2014).

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